Según un reciente estudio, las corrientes atlánticas están disminuyendo.

El Atlántico Norte se está calentando sistemáticamente.

El Atlántico Norte se está calentando sistemáticamente. Crédito de la imagen: Pexels – Kellie Churchman.

Un nuevo estudio dirigido por un investigador de la Universidad de Maryland muestra por primera vez una ralentización significativa de un sistema crucial de corrientes oceánicas que desempeña un papel importante en la regulación del clima de la Tierra, a pesar de que los científicos llevan décadas observando el aumento de la temperatura de los océanos y teorizando que este incremento debilita las corrientes mundiales.

El estudio, dirigido por el científico Alexey Mishonov del Centro Interdisciplinario de Ciencias del Sistema Terrestre (ESSIC), examinó décadas de datos sobre la Circulación Meridional de Oscilación del Atlántico (AMOC) recopilados en el Atlas Mundial de los Océanos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). Esta investigación se publicó recientemente en Frontiers in Marine Science.

De 1955 a 1994, Mishonov y sus coautores Dan Seidov y James Reagan de la NOAA descubrieron que el flujo del sistema de corrientes permaneció estable y constante. No obstante, a mediados de los años 90, la fuerza de la AMOC disminuyó y la corriente comenzó a moverse más lentamente. Los expertos explican esto al constante calentamiento de la superficie del océano y a los cambios que acompañan en la salinidad de sus capas superiores.

Diagrama de la circulación de la capa superior del Atlántico Norte. Los colores rojo y azul indican las corrientes cálidas y frías. Los recuadros blancos del 1 al 5 muestran cinco áreas de análisis distintas en las que la temperatura, la salinidad y las velocidades de las corrientes parecen variar significativamente.
Diagrama de la circulación de la capa superior del Atlántico Norte. Los colores rojo y azul indican las corrientes cálidas y frías. Los recuadros blancos del 1 al 5 muestran cinco áreas de análisis distintas en las que la temperatura, la salinidad y las velocidades de las corrientes parecen variar significativamente. Crédito de la imagen:  Frontiers in Marine Science

La AMOC, que incluye la Corriente del Golfo, transporta agua caliente hacia latitudes más altas, libera calor a la atmósfera y lleva aguas frías a los trópicos. De esta manera, el calor se distribuye por el océano en un ciclo continuo.

Mishonov explica que, si el AMOC disminuye, el intercambio de calor disminuirá, lo que tendrá un impacto en el clima, calentando las regiones cálidas y enfriando las frías. Esto podría causar un aumento del nivel del mar, cambios climáticos globales, efectos en los ecosistemas marinos y otras retroalimentaciones climáticas.

La película catastrófica del 2004 «El día después de mañana» se inspiró en una dinámica similar, pero exagerada y ficticia, en la que un flujo de agua dulce generado por el deshielo de los glaciares provocó el colapso repentino de las corrientes del océano Atlántico Norte, lo que provocó efectos extraños como supertormentas globales y la aparición repentina de glaciares en gran parte del hemisferio norte.

Mishonov comentó sobre la película que «por supuesto, la mayoría de los científicos del clima no comparten estas fantasías de Hollywood, y nadie dentro de las comunidades científicas cree que pueda ocurrir algo remotamente parecido». No obstante, la mayoría de las personas están de acuerdo en que una disminución significativa en el AMOC podría generar un cambio climático importante y impredecible. Por lo tanto, existe una justificación absoluta para un mayor interés por la eficacia del AMOC.
Mishonov y sus coautores sostienen que comprender la trayectoria del clima oceánico depende de cómo responde el clima del Atlántico Norte al calentamiento de la superficie que ha ocurrido durante decenios.

Para determinar las huellas dactilares de la circulación del Atlántico Norte y la dinámica del AMOC, los investigadores utilizaron datos del Atlas Mundial de los Océanos correspondientes al periodo 1955-2017, así como datos de reanálisis climático sobre la tensión del viento decenal y campos de altura de la superficie del mar del proyecto Simple Ocean Data Assimilation de la UMD.

A pesar de que todo el Atlántico Norte se está calentando sistemáticamente, los autores descubrieron que las trayectorias climáticas en sus distintas subregiones muestran características muy diferentes de la variabilidad decenal regional, lo que refleja patrones climáticos diversos. Por ejemplo, mientras que la temperatura ha aumentado gradualmente de 1955 a 2017, disminuyó en el Atlántico más septentrional de 1955 a 1994, antes de volver a aumentar de 1995 a 2017. Los patrones de salinidad y densidad también son similares.

Esta variación en las características climáticas indica que la situación actual puede no predecir lo que puede deparar el futuro, incluido si la desaceleración del AMOC continuará, se acelerará o disminuirá en la próxima década. Sin embargo, el artículo sugiere que no se pueden descartar situaciones que impliquen la ralentización o el colapso del AMOC. Los autores seguirán explorando otras áreas del océano global para encontrar patrones similares en la variabilidad a largo plazo de la temperatura y la salinidad.

REFERENCIAS

Revisiting the multidecadal variability of North Atlantic Ocean circulation and climate. Frontiers in Marine Science: https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fmars.2024.1345426/full

Clima Espacial

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